Por defecto, la guerra conlleva una serie de riesgos que afectan no solo a los involucrados
Por defecto, la guerra conlleva una serie de riesgos que afectan no solo a los involucrados directamente en el conflicto, sino también a la sociedad en su conjunto. Entre los principales peligros de la guerra se encuentran la pérdida de vidas humanas, la destrucción de infraestructuras, el impacto negativo en la economía, así como la perpetuación de ciclos de violencia y odio. La principal y más devastadora consecuencia de la guerra es, sin duda, la pérdida de vidas humanas. Los conflictos armados provocan un elevado número de muertes civiles y militares, dejando tras de sí un rastro de dolor y sufrimiento en las familias y comunidades afectadas. Además, las secuelas emocionales y psicológicas en los sobrevivientes pueden perdurar durante años, generando traumas difíciles de superar. Otro riesgo inherente a la guerra es la destrucción de infraestructuras básicas, como hospitales, escuelas, viviendas y redes de suministro de agua y electricidad. Esta devastación no solo dificulta la rec